PAOLITA

Viviendo de cerca el fútbol italiano


Italia siempre es una espectacular opción. La comida, el fútbol y ahora, Cristiano Ronaldo. Había estado en el país en una ocasión, pero nunca en Turín. Es una ciudad que no goza de tanto prestigio y glamour pero que sus pequeñas calles y vistosas plazas poseen una belleza poco reconocida.

El viernes por unas horas se paralizó la capital de la región del Piamonte. El derby turinés llegó al Allianz Stadium, un recinto pequeño, con capacidad para 41,000 espectadores pero con más ambiente que muchos de los estadios españoles.

 La invitación para estar en este partido nos la hicieron los chicos de Betfair (una de las casas de apuestas más grandes del mundo), que tienen un palco para sus habituales invitados. Previo al encuentro, la Juve ofrece una cena para los patrocinadores y luego puedes vivir la experiencia del juego en asientos con una ubicación envidiable.

Ese fin de semana, casualmente, se conmemoraban los 70 años de la tragedia de Superga. Es probable que si no tienes gran relación con el mundo del fútbol, no tengas ni idea de lo que te estoy hablando.

Te aseguro que es una celebración emocionante. Resulta que el 4 de mayo de 1949, un avión proveniente de Portugal en el que se transportaba toda la plantilla del Torino, tuvo uno de los accidentes más terribles que se han vivido no sólo en Italia, sino en Europa.

Justo a lo alto de una colina, a 650 metros se ubica la Basílica de Superga. Ese día de mayo, las condiciones climatológicas eran totalmente adversas. Había tanta neblina que el piloto del avión terminó estrellándose en la parte trasera de la catedral. Perdieron la vida 31 personas de las cuales 18 eran jugadores.

Esta tragedia tuvo gran conmoción en el mundo, ya que todos los jugadores integraban la selección nacional de Italia y además habían conquistado en cinco ocasiones consecutivas la copa de la Liga y una copa de Italia, lo que engrandecía aún más su leyenda. 

Los hinchas, aficionados, fanáticos y turistas aprovechan este día para rendir un homenaje a los “invencibles”, nombre con el que fueron bautizados por la población. Y, estando en Turín, quisimos vivir la experiencia en primera persona.

El sábado, los seguidores del Torino pintaron las calles de color granate. Por 10 euros, un tren te sube a la colina lentamente en aproximadamente 20 minutos hasta llegar a la Basílica de Superga. Desde lo alto se puede observar la bella ciudad italiana.

En torno a las 17:30 horas, la plantilla actual del Torino arribó en el autobús oficial del equipo y fue recibida entre cánticos y banderas que ondeaban por los aires. El acto fue sencillo pero muy emotivo. El capitán del equipo, Andrea Belotti comenzó a leer uno a uno los nombres de los tripulantes de ese avión mientras el público presente escuchaba con emoción y respeto.

En una reunión con uno de los periodistas más emblemáticos del diario italiano “Tutto Sport”, nos comentó acerca de la magnitud del acontecimiento que estábamos viviendo y de las muchas teorías que han salido en torno a la razón por la cual aquel avión se estrelló en 1949.

Una de las historias que más fuerza ha tomado con el paso de los años relata que el capitán del Grande Torino, Valentino Mazzola, decidió que el aterrizaje se hiciera en otra pista a la programada originalmente, una que no tuviera tanta vigilancia ya que transportaba una maleta de cocaína que presuntamente fue desaparecida después del accidente.

Sea cual sea la verdad, año tras año se rinde tributo a cada uno de los integrantes del equipo más extraordinario y que con mayor orgullo pueda recordar el fútbol italiano.

Ronaldiux

Porque no es necesario odiar a uno para alabar al otro

 

 

Recuerdo ese 12 de abril de 2016 cuando pisé por primera vez el Santiago Bernabéu. Y, lo tengo grabado en la memoria porque esa noche fui testigo de un poquito de historia. Llevaba seis meses viviendo en Madrid y no me decidía a qué partido asistir porque quería que fuera uno que no se me olvidara nunca.

Alguna vez pisé el estadio Azteca en una eliminatoria de México  previa al mundial y me pareció fascinante. Sabía que mi primera vez en el Bernabéu tenía que superar esa sensación o al menos igualarla.

En la ida de los cuartos de final de la Champions de aquel entonces, el Madrid había caído en el Wolfsburg Arena 2-0 ante el equipo alemán. Y la vuelta se jugaba precisamente esa noche en el Bernabéu.

Viviendo toda mi vida del otro lado del océano, escuché infinitas veces que la Champions en la casa blanca se vive diferente. Que no sólo el equipo se transforma sino que también lo hace la afición y, que las noches de remontada tienen un toque de magia.

Invertí 70 euros para experimentar por primera vez el sonido del himno de la Champions League y la mítica forma en la que se agita fuertemente la bandera de la UEFA al compás de los acordes.  Sin duda alguna, era el mejor día para vivir la experiencia.

Cristiano Ronaldo anotó tres, pasó a semifinales y puso de cabeza al estadio. Lo demás es un cuento con final feliz. Fueron campeones una y otra y otra vez. Esa noche comprendí, que era inútil compararlo con nadie, no hacía falta. Estábamos viviendo una época de oro en el mundo del fútbol, una lucha épica entre Messi y CR7 en la que no es necesario alabar a uno y odiar al otro.

En el Juventus Stadium hace dos días, se volvió a escribir la misma historia y el protagonista fue nuevamente, el portugués. La eliminatoria ante el Atlético de Madrid, para muchos casi finalizada, dio un giro abrupto con tres anotaciones de CR7, y así, el hombre más decisivo en la Champions consiguió un boleto a los cuartos de final.

Pero, ¿quiénes perdieron con la partida de Cristiano?. El Madrid, por supuesto, que por casi nada vendió a su gran estrella, al hombre sus últimas cuatro Champions y al máximo goleador en su historia. Y, como en el amor, el cuadro blanco se quedó sin su media naranja, y dejó de funcionar. Perdió la esencia y el alma.

Puede caerte bien o mal, sus festejos pueden ser desatinados y su arrogancia es posible que no le guste a nadie pero el hombre es una leyenda.  Si en su mente cruza hacer tres goles, lo dice y lo hace. A día de hoy no ha cambiado mucho la película, me parece que solo ha cambiado de equipo.

Lo que sí es verdad, es que el fútbol español extraña esos clásicos entre los dos más grandes del mundo. Aunque ahora mismo, la moneda está en el aire y si los astros se alinean para que podamos disfrutar de una batalla entre gigantes, el primero de junio en el Wanda Metropolitano, quizás, ¿por qué no?, podamos ver una vez más a Cristiano y a Messi enfrentarse  en esa innecesaria lucha mediática por descubrir quién es el mejor, y donde no se valora aún que el solo verlos jugar ya es un privilegio.

Por: Paola Herrera Rodríguez.