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¡Llegó la hora de volar!

He aprendido a no contar mucho mis planes por aquello de que pueden no llegar a cumplirse. Pero hoy, es tanta mi emoción que me rebosa del cuerpo. Hoy comienza la más hermosa cuenta regresiva. Y, por primera vez, no es para un Clásico, para la final de la Champions o para cubrir un Mundial. Es probable que mi conteo regresivo te decepcione, pero si me has acompañado durante todos estos años en esta hermosa travesía lejos de casa, seguramente te cause al menos un poquito de emoción. 

Cuando decidí quedarme a vivir en Madrid, sabía que muy probablemente iba a tener que despedirme para siempre de mis abuelos desde la lejanía. Para quienes emigramos, este es uno de nuestros principales tormentos. No saber cuándo sucederá y no saber cómo nos tomará por sorpresa. No importa lo mucho que te prepares, nunca estás listo para recibir esa llamada. 

Seguramente pienses que tú mamá, es la mejor del mundo, normal, creo que todos lo pensamos. Hace unos días mi mejor amiga me contaba que había encontrado en Martukis (mi mamá), a la persona en la que se inspiraba para criar a sus dos niñas. Me decía que siempre se preguntaba: “¿Cómo lo haría Martukis?. Me explicó lo importante que había sido para ella ver la forma en la que mi mamá y yo nos llevamos y la forma en la que Martukis ejerció la maternidad con mi hermanita y conmigo.

Fue exigente, muchísimo. Recuerdo que un día íbamos llegando tarde a la Primaria porque no encontraba la falda del uniforme. Ese trayecto en coche hacia el colegio me regañó, hubo mucho llanto y me explicó que en la vida era importante hasta la forma en la que me ponía los calcetines. Que tenía que tratar que las costuras siempre estuvieran rectas y nunca torcidas. Esa frase se me quedó tatuada en la cabeza. Ahora creo que tal vez esto propició que mi grado de perfeccionismo sea enfermo. Pero mi mamá tenía razón, una vez más. En el mundo, desafortunadamente, te juzgan por como te ven. Me enseñó, entre muchas cosas, que había un tipo de ropa para ir a comer los domingos con mis abuelos, otro tipo de ropa para ir a un bautizo y esta vestimenta nada se parecía a la de un fin de semana en una discoteca, por lo que tenía que poner especial cuidado en saber cómo vestirme para cada ocasión. Me pedía estar en casa a las 2.00 de la mañana y yo le suplicaba a mi mejor amiga (que en aquellos, nuestros 17 años, era la única con coche) desde la 1.30, que me llevara de vuelta para que mi mamá no tuviera que pasar ningún disgusto. Pieri y yo siempre cumplimos. 

Me alegró el corazón escuchar a mi mejor amiga decir que mi mamá era su modelo a seguir porque si conoces a Martukis es muy probable que pienses que es esa mujer que hace “absolutamente todo bien” o al menos se esfuerza mucho en hacerlo. Fue mi madre la misma que me hizo uno de los regalos más grandes del mundo y ese fue el enorme privilegio de aprender a amar a mis abuelos. Ellos lo fueron, lo son y lo serán todo. Lo más grande y más bonito que pude tener.  

Así fue como mi mamá los cuidó, los procuró, los mimó, los amó por sobre todas las cosas. Así fue como mi mamá pasó años de su vida dedicada, primero a sus dos niñas, y después a tiempo completo a Abío y Mamía. Así fue como mi mamá dejó su vida a un lado para vivir la de sus amores más grandes. Así fue como mi mamá los puso primero a ellos, en un acto de amor inmenso de una hija hacia sus padres. Así fue como mi mamá les cerró los ojitos, primero a Abío y después, a Mamía. 

Yo, pacientemente, espere mi turno. La necesité todo el tiempo. Una hija a distancia nunca se acostumbra a estar lejos de casa, a estar lejos de mamá. Ser hija a distancia me hizo saber que mamá estaba ahí, la primera, cuando subía una foto o un video para decirme lo bonita que me veía. Ser hija a distancia me hizo saber que en una videollamada estaba aguardando el amor de mamá y ser hija a distancia me hizo esperar todas las noches en estos nueve años las bendiciones que Martukis tenía para mí.

Hoy, después de que mi mamá cumplió con sus padres, ha llegado el momento de volar. El sólo pensarlo hace que me explote el corazón. Hoy comienzo a tachar los días en el calendario para, por primera vez, recibir a mamá en este, mi nuevo hogar. En el lugar que yo elegí, en el que he tenido que encontrar donde refugiarme esperando pacientemente a los brazos de mi madre. Llegó el momento de volar para reencontrarnos. Mucho tiempo compartí todo lo que hacía y todo lo que veía para que mi madre pudiera conocer el mundo a través de mis ojos. 

Hoy, por fin llegó el momento de que Martukis pueda abrir los ojos al mundo y yo pueda tomarla de la mano y enseñarle lo bonito que es volar. 

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¡Viva la Gimnasia Rítmica de Yucatán!

No hay un deportista en el mundo que no sueñe con algún día estar en unos Juegos Olímpicos y en un par de días, el recuerdo de esa niña gimnasta que fui, cumplirá ese bonito sueño de estar dentro de un gimnasio viviendo estas Olimpiadas de París 2024.

Puedo contarles muchas historias, pero hoy quiero usar estas líneas para recordar y hablar del deporte que comí, bebí, sufrí y disfruté durante muchos años y de todas esas hermosas mujeres que lo compartieron conmigo y que han hecho grande la gimnasia rítmica mexicana.

Siempre he dicho que no hay que restarle mérito al hecho de patear una pelota, pero si el mundo se sentara al menos un día a ver un entrenamiento de rítmica, entendería la complejidad, el desgaste y lo injusto que muchas veces es nuestro deporte.

Hace muchos años que vivo fuera de casa y que estoy alejada de la Gimnasia Rítmica pero el amor por esta disciplina no se muere nunca, por el contrario, te acerca a lo que un día fuiste o más aún a lo que siempre has sido. Ahora estoy convencida de que si naces gimnasta te mueres gimnasta.

Hoy puedo asegurarles que ha habido muchas gimnastas yucatecas que se la pasaron picando piedra, que sacrificaron mucho, que dejaron horas de su vida por estar metidas dentro de esas cuatro paredes con techos altos pero que, al mismo tiempo, hoy se podrán dar cuenta que todo era mágico mientras pasaban horas y horas con sus compañeras que se volvieron hermanas lanzando aros, cuerdas, clavas y que al mismo tiempo estaban creando recuerdos maravillosos.

Hoy, estoy convencida de que las niñas que han pasado por cada uno de los gimnasios de Yucatán han hecho este deporte grande, pero más grande lo han hecho esas mujeres que también sacrificaron a sus familias por pasar horas en un gimnasio, las que citaron a las gimnastas un domingo para terminar una rutina, aquellas que diseñaron un traje de competencia, le pegaron piedras de swarovski, pelearon por alguna injusticia en la calificación de su niña durante alguna competencia, o lloraron de la impotencia cuando su alumna, después de darlo todo, entrenar hasta el cansancio y ser la más disciplinada falló al final del ejercicio.

Hoy quiero recordar a esas mujeres que se sintieron orgullosas porque a sus alumnas las llamaran las Reinas del Mayab, esas mujeres que lucharon por mantener ese título y esas mismas mujeres que sufrieron cuando otro estado de la República Mexicana nos quitó ese sitio, que por justicia histórica nos perteneció siempre.

Es verdad, estas entrenadoras, que son las verdaderas joyas de la corona en Yucatán, no siempre fueron mejores amigas, de hecho, y se lo atribuyo a tanta feromona junta, fueron protagonistas de las más grandes disputas deportivas que mis ojos pidieron ver: gritaban, levantaban la voz, azotaban puertas, peleaban porque a una le daban más que a la otra, buscaban superarse unas a otras y esa hermosa competencia fue la que cada día, sin ellas darse cuenta, fue haciéndolas mejores.

¿Tengo que decirles quiénes son?… Seguramente que si amas la gimnasia rítmica tanto como yo sepas de quienes te hablo.

Las gimnastas mexicanas, ya no solamente veremos las competencias de gimnasia de Olimpiadas por la televisión soñando con algún día estar ahí. El viernes 9 de agosto, a las 10 de la mañana Arena Le Chapelle de París, cuando el Conjunto Nacional de Gimnasia Rítmica conformado por las yucatecas Dalia Alcocer, Adirém Tejeda, Julia Gutiérrez, Kimberly Salazar y Sofía Flores pisen la alfombra de los Juegos Olímpicos, todos podremos levantar el pecho, aplaudir con ilusión, agitar la bandera de México con fuerza, y contener la respiración durante 150 segundos para después estallar de emoción cuando las veamos saludar a las gradas.

Esto va por todas ustedes, las de antes, las de ahora, las que vendrán. Por todas aquellas pequeñitas que, viendo por la televisión a estas cinco guerreras, se enamorarán de la Gimnasia y, por todas aquellas nuevas integrantes a nuestra estirpe.

No tengo ninguna duda, éste es el mejor deporte del mundo, ésta es la familia a la que pertenezco, de la que nunca me fui y de la que me siento tremendamente orgullosa de formar parte.

¡Viva la Gimnasia Rítmica de Yucatán! …. ¡Viva!

 

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¡Bienvenida a la vida!

Este 2024 recuperé a mi mejor amiga en dos ocasiones. Algunas veces tienes que recuperar a las personas porque las pierdes, y en otros momentos las recuperas porque vuelven a nacer. Y como tengo tanta suerte, a mi me tocó ambas.

Una vez, en primer año de preparatoria, mis compañeras de colegio me eligieron y en el fin de curso me dieron el premio a la “mejor amiga”. Nunca voy a olvidar que ese día nos recogieron los papás de Moni, otra amiga, y cuando les contamos emocionadas de mi premio, el tío Miguel Angel, su papá, me dijo que ése iba a ser uno de los premios mas importantes que iba a ganar en mi vida. No valoré esas palabras en aquel momento, pero hoy después de tantos años, estoy segura que no hay nada más bonito que ser buena amiga.

Creo que hubo un tiempo en el que no lo fui y ahí perdí a Pieri por primera vez. Nunca quise ser mala amiga y mucho menos quise hacerle daño, pero a veces, olvidamos que cada amistad es diferente y que cada una requiere de ti algo específico. Hay amistades que están ahí, que sobreviven a cualquier cosa y que cuando te reencuentras, el tiempo parece no haber pasado. Pero hay otras que necesitan de ti, que necesitan tu amor y tu cuidado, que necesitan que las riegues todos los días. No es que un tipo de amistad sea bueno y el otro malo, es que todos somos diferentes. Así era Pieri. Me necesitaba. Y yo, siempre he intentado que “ser amiga a la distancia” nunca se note. Pero ella necesitaba más. Y no importa lo mucho que crezcas, se puede llegar a ser inmaduro en cualquier momento. Nos enojamos, porque un día llegue a Mérida de visita y ella tenía ahí a su mejor amiga y yo no pude darle tiempo. Cada una tenía sus razones pero la inmadurez me hizo pensar que el orgullo tenía razón y pasamos mucho tiempo sin ser capaces de reaccionar.

Pasé muchos meses sin saber de ella. Sin ser capaz de levantar el teléfono y buscarla. Queriendo contarle que tenía un nuevo trabajo, que por fin tenía una nueva nacionalidad, y que la extrañaba todos los días.

Comencé el año con un mensaje que decía que mi Pieri, mi mejor amiga estaba enferma. Se me paralizó el corazón: lloré, me asusté, tuve mucho miedo. Ya la había perdido una vez, no podía perderla otra más. Hice lo que debí haber hecho muchos meses antes, levantar el teléfono. Y gracias a Dios, la recuperé.

En estos seis meses Pieri me lo enseñó todo. Me enseñó cómo luchar, cómo ser positiva, cómo no dejarte caer, cómo unir y como aguantar doce quimioterapias. A la distancia recordé lo que era quererla, lo importante que es en mi vida y lo mucho que me hacía falta. Me comenzó a alucinar esta Pieri que no conocía y que es cada día más amiga, más humana y más la persona que quiero tener siempre en mi vida.

Hoy, después de una dura lucha, mi Pieri está sana. Hoy, todo es alegría y a 10,000 kilómetros de distancia mi corazón rebosa de felicidad. Hoy, podrá ver crecer a sus niñas, podrá bailar, viajar, comer, disfrutar, y hacer lo que una mujer a su corta edad puede hacer. ¡Vivir!

Mi mejor amiga volvió a nacer y así la recuperé por segunda vez. Hoy terminó el examen más difícil de su vida y ahora solo nos queda hacer posible que cada día sea una perfecta Graduación.

¡Bienvenida a la vida! Te Amo profundamente.

Portraits for International Women’s day on the 8th of March.

Fatma Al Nuaimi, la mujer detrás del Mundial en Catar 2022

 
 
Con motivo del día Internacional de la Mujer, me puse en contacto con Fatma al Nuaimi, Directora Ejecutiva de Comunicación del Comité Supremo de Organización y Legado del Mundial Catar 2022.
En un mundo, el del la comunicación en el futbol, caracterizado por el dominio masculino, Fatma considera que en la actualidad “se busca a los mejores candidatos, independientemente del género”, en el que se espera sea el mejor Mundial de la historia. La ejecutiva catarí se muestra ilusionada “por inspirar a la próxima generación para que cumpla sus sueños y aspiraciones”, destacó.
 
En entrevista para el Diario Récord, Fatma, la mujer detrás del Mundial Catar 2022 nos cuenta cómo será el que se presume se convertirá en la mejor Copa del Mundo de la historia, un recorrido por el país asiático y por lo que viviremos, imperdible.
 
 
 
 
 
¿Cómo llega una mujer a dirigir el área de la Comunicación del Mundial de Catar 2022 en un ambiente tan masculino?
 Es una señal de los tiempos que corren, no solo en Catar sino en todo el mundo, independientemente del sector. Ahora se busca a los mejores candidatos, en lugar del mejor candidato masculino, y me complace ser un ejemplo para los jóvenes y para las mujeres profesionales que quieran intentar entrar en la industria del deporte.
 
Mi progresión profesional ha sido gradual, además de natural. Después de terminar mi licenciatura y luego mi MBA, comencé a trabajar para el Consejo Supremo de Tecnología de la Información y la Comunicación, donde trabajé con personas fantásticas, incluida una de las primeras ministras de Catar, que sigue siendo uno de mis modelos a seguir en la actualidad.
 
Más tarde me uní al Comité Supremo de Organización y Legado, la organización responsable de organizar Catar 2022, como Gerente Senior de Legado. Se me asignó la tarea de gestionar varios programas y planes para asegurar que el torneo deje un impacto positivo duradero en Catar y la región mucho después de que se haya jugado el último partido. Entre ellos, Challenge 22, nuestro premio regional a la innovación, y el Instituto Josoor, un centro académico de excelencia para profesionales de la industria de los grandes eventos.
 
En 2017 pasé al departamento de Comunicación y me adentré en un tema y una industria que me apasionan. Somos la voz de Catar 2022, tenemos una gran responsabilidad, algo que me emociona mucho. Llevamos contando la historia del viaje de Catar hacia 2022 desde el 2 de diciembre de 2010. Durante los últimos cuatro años, he tenido el honor de liderar este departamento, trabajar con algunos de los profesionales con más talento del mundo y contar al mundo este emocionante proyecto.
 
También me emociona empoderar a la próxima generación para que cumpla sus sueños y aspiraciones. Para mí, la clave del desarrollo y la realización profesional es la pasión, el compromiso y, por supuesto, el trabajo duro.
 
Creo que ser mujer en la industria es una ventaja y una oportunidad para mostrar la diversidad de nuestra cultura y sociedad. Y aunque estoy orgullosa de representar a las mujeres árabes y asiáticas en el sector deportivo, creo que es un gran privilegio para cualquier persona de nuestro país o región contribuir a la realización de un proyecto único en la vida como este.
 
¿Qué opina de la progresiva incorporación de la mujer en el mundo del futbol en sus distintas áreas (periodismo, cuerpo arbitral, etc.)?
En los últimos años, la incorporación de la mujer al mundo del deporte y el fútbol ha sido notable en todos los ámbitos posibles. El deporte está entrelazado con todos los sectores de la economía y la sociedad y por eso creo que es un paso orgánico y natural que las mujeres estén cada vez más presentes.
 
Recientemente tuvimos la oportunidad de ver a tres mujeres arbitrar partidos en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en Catar y creo que es un buen ejemplo de cómo la presencia femenina se está haciendo cada vez más notoria. Para muchos, incluidas las mujeres, el fútbol es un lenguaje común compartido por todos, que proporciona una herramienta para promover un desarrollo social, económico, humano y medioambiental positivo.
 
No hay evento deportivo más grande en el mundo que la Copa Mundial de la FIFA, lo que significa que unirme al viaje para organizar el torneo en Catar fue algo natural para mí, como profesional y como mujer.
 
Espero que sigamos viendo la progresión ascendente de las mujeres en la industria, ya sea en el campo jugando, arbitrando o en entidades que ayudan a organizar torneos y a gobernar el fútbol. Me llena de esperanza la tendencia que estamos viendo hoy, que denota una continua progresión ascendente de las mujeres en el fútbol.
 
¿Cuáles podrían ser las tres razones principales por las que Catar 2022 se considere el mejor Mundial de la historia?
Queremos ser recordados como una Copa del Mundo innovadora, sostenible y transformadora, donde personas de todo el mundo vinieron a visitar Oriente Medio por primera vez y tuvieron experiencias verdaderamente memorables.
 
Siempre hemos dicho que será un torneo para la gente de la región y eso sigue siendo cierto hoy. Catar está a solo cuatro horas de vuelo de dos billones de personas y será un punto de contacto desde el cual los aficionados que nos visiten podrán explorar otros países de la región. Además, en la época en la que vivimos, Catar 2022 adquiere una relevancia aún mayor ya que es probable que sea la primera vez que el mundo pueda unirse tras la pandemia de COVID-19.
 
Esta será también la Copa Mundial de la FIFA más compacta de la era moderna. La distancia máxima entre dos estadios es de solo 75 km, lo que significa tiempos de viaje de no más de una hora entre sedes.
 
Más allá de las ventajas que esto ofrece a los equipos para maximizar los períodos de descanso y entrenamiento y minimizar los viajes, también significa que todo el país será un gran festival futbolístico, con un ambiente eléctrico.
 
 Para los hinchas, brinda una experiencia única en la vida de asistir a hasta a dos partidos en vivo por día. La naturaleza compacta también significa que no habrá necesidad de vuelos internos o traslados largos en autobús para ver partidos, es solo un vuelo a Doha y luego desplazamientos cortos en transporte público a todos los estadios.
 
Esta característica única del torneo contribuirá a que Catar cumpla con uno de sus principales objetivos estratégicos de sostenibilidad, que es ofrecer una Copa Mundial de la FIFA neutral en carbono, la primera en la historia.
 
 
 
 
 
 
 
 
 ¿Por qué tendrían que animarse los mexicanos a asistir a Catar 2022?
Catar 2022 será una de las Copas Mundiales de la FIFA más singulares de la historia, lo que permitirá a los aficionados experimentar una nueva región y cultura y más fútbol en vivo que nunca.
 
Para muchos, será la primera vez que viajen a esta parte del mundo y esperamos poder compartir nuestra cultura y tradiciones con personas de todos los rincones del planeta. La hospitalidad es también uno de los principios pilares de la cultura árabe y todo el país se está preparando para dar a los más de un millón de fans que esperamos que viajen aquí en 2022 una cálida bienvenida catarí.
 
Los hinchas disfrutarán de una experiencia única y de una inmersión total en un país que durante 28 días sin duda se convertirá en la tierra del fútbol.
 
Desde su llegada al Aeropuerto Internacional de Hamad, los aficionados respirarán fútbol. Una gama de opciones de alojamiento para todos los bolsillos, transporte público de última generación gratuito los días de partido y opciones de ocio de clase mundial, además de más fútbol en vivo del que nunca ha sido posible, lo convertirán en una Copa Mundial de la FIFA como ninguna otra.
 
¿Cuáles son las novedades que habrá a nivel de comunicación en este Mundial?
Quizás uno de los aspectos más innovadores de Catar 2022 que también tendrá un impacto positivo en los medios, es la naturaleza compacta del Mundial. Los medios podrán permanecer en el mismo hotel o apartamento durante todo el torneo, con traslados de no más de una hora entre las sedes y más tiempo para ver el país.
 
Además, nuestro centro para medios y las instalaciones de retransmisión ofrecerán un servicio y una ubicación sin precedentes para los más de 20.000 representantes de medios que esperamos en Catar.
 
Los ocho estadios de vanguardia cuentan con la mejor tecnología en todas las áreas de medios. Siete fueron construidos desde cero, de manera que los medios puedan esperar increíbles instalaciones para ruedas de prensa, salas de trabajo y tribunas de medios.
 
Los estadios cuentan con conectividad 5G, por lo que mandar las noticias y subirlas a las redes sociales será más rápido y fácil que nunca. Cinco de las ocho sedes también son servidas por el nuevo Metro de Doha, que será gratuito los días de partido para los medios acreditados.
 
¿En esta era de las redes sociales, cómo serán aprovechadas durante el Mundial?
En los últimos años hemos lanzado nuestras redes en varias plataformas y actualmente estamos en Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn y YouTube.
 
También somos una de las primeras organizaciones importantes de Catar en tener presencia en TikTok, junto con plataformas chinas como Weibo, Douyin, Kuaishao y Toutiao. Tanto los canales corporativos como los dirigidos a los aficionados cuentan la historia de Catar 2022 a audiencias globales, con plataformas en árabe, inglés, mandarín y, por su puesto, español.
 
Gracias a las redes sociales, la Copa del Mundo ha tocado la vida de más y más personas en los últimos años, y no tenemos ninguna duda de que la tendencia continuará durante Catar 2022.
 
Nuestras redes sociales seguirán desempeñando un papel importante en la presentación de este evento masivo a un gran número de personas, pero siempre existe la posibilidad de que aparezca una nueva plataforma y domine la atención de los fans para cuando llegue 2022.
 
Eso es lo que es tan emocionante de este sector y es algo que nos mantiene comprometidos con la innovación durante el período previo al torneo y más allá.
 
¿En el último mundial hubo 43,000 Fans ID mexicanos, se espera con especial cariño a los visitantes de nuestro país?
Esperamos dar la bienvenida a tantos hinchas mexicanos como podamos en 2022 y sabemos que traerán su pasión única a la histórica Copa Mundial de la FIFA en Catar.
 
Tuvimos el placer de dar la bienvenida a cientos de aficionados de México durante la Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2019, cuando Monterrey participó, y que tuvieron la oportunidad de disfrutar de un adelanto de lo que vivirán sus compatriotas en 2022.
 
Ofreceremos una variedad de paquetes que varían en precio y duración de la estancia en Catar para brindar a tantos aficionados como sea posible la oportunidad de descubrir todas las maravillas de este país y región.
 
Los vuelos de Qatar Airways conectan Catar con América Latina y ofrecerán atractivos paquetes para todos los presupuestos, asegurando que Catar 2022 sea accesible para todos y que todos los fans, entre los que esperamos muchos de México y el resto de América Latina, puedan disfrutar del país.
 
Además, en noviembre y diciembre el clima aquí es perfecto para una variedad de actividades deportivas y de ocio al aire libre. Ya sea para descansar en la playa o pasear por uno de los muchos parques de Doha, ir a un safari por el desierto o visitar uno de nuestros muchos museos o restaurantes. Aquí hay mucho para que los aficionados mexicanos puedan disfrutar.
 
¿Qué atractivos ofrecerá el país o cómo se les puede seducir al mexicano que aún no se ha decidido por completo a viajar al Mundial?
Creo que la principal atracción para los aficionados será la naturaleza compacta de nuestra Copa del Mundo, algo nunca antes visto.
 
Los hinchas podrán asistir a hasta dos partidos durante la fase de grupos del torneo, con traslados de solo una hora entre sedes.
 
Por primera vez, los fans y los jugadores podrán alojarse en el mismo lugar durante toda su estancia y desplazarse cómodamente utilizando el transporte público de última generación entre los estadios o para visitar las atracciones turísticas.
 
En los días de descanso entre partidos, los hinchas podrán disfrutar de deportes acuáticos, safaris por el desierto, las increíbles opciones culinarias que hay en Doha o los museos de clase mundial. Estamos emocionados de que los hinchas de todo el mundo disfruten de nuestra reconocida hospitalidad árabe.
 
Los aficionados mexicanos suelen demandar bebidas alcohólicas, ¿qué ha previsto la organización de Catar para estos casos?
El alcohol no forma parte de la cultura catarí, pero la hospitalidad sí. Sin embargo, el alcohol estará disponible en áreas designadas para aquellos que lo deseen, como lo está hoy.
 
Hoy en día, hay muchos restaurantes y bares con licencia en Catar. Sin embargo, no se consumirá abiertamente en las calles y en determinados espacios públicos.
 
Lo que pedimos es que la gente, cuando nos visite, respete nuestra cultura y tradiciones. Cada Copa Mundial de la FIFA tiene sus aspectos únicos que reflejan al país anfitrión. Catar se centra en ser una Copa del Mundo familiar que muestre la reconocida hospitalidad árabe.
 
 
 
 
 
Tras Catar vendrá el Mundial de México. ¿Cree que nuestro país, en su tercera organización de una Copa del Mundo, pueda superar al Mundial catarí?
Estoy segura de que el Mundial de México también será único a su manera, y nos gustaría poder compartir nuestros aprendizajes con los organizadores del próximo torneo.
 
Sé que México ofrecerá la pasión y el color que caracteriza a los hinchas mexicanos, así como la belleza, la cultura y la hospitalidad del país.
 
Seguro que asistiré, esta vez como aficionada, pero de momento solo puedo centrarme en el próximo Mundial, que tendremos el honor de albergar por primera vez en Oriente Medio y el mundo árabe y que espero que sea especial y espectacular.

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Me declaro culpable

Ya son cinco años soplando velas en España. Cinco años en los que ni mi mamá ni mi hermana me despiertan cantando las mañanitas. Cinco años desde que tomé las riendas de mi vida y me alejé de casa, para tener la oportunidad de construir mi propio hogar.
 
Si pudiera hacerme un regalo por mi cumpleaños, sería la capacidad de cambiar mis pensamientos. Reconozco, que éstos se han ido moldeando a todo lo que se me va presentando en la vida, desde el momento en el que dejé Mérida.
 
Me declaro culpable de haber siempre querido vivir en una casa de 15×30 mts, con jardín para colocar dos porterías y ver jugar fútbol a los niños, con piscina y estacionamiento para 4 vehículos aunque solo tuviera uno. Admito que la vida te arrastra y que comienzas a querer tener lo mismo que tus amigas tienen. Y esto me pasó con mucha frecuencia.
 
Pero cuando llegué a España, en mi soledad, donde no tenía a nadie que me dijera que lo estaba haciendo bien o mal, ahí me di cuenta que en un espacio de 3×3, pequeñito, donde apenas entraban mis cosas, era feliz.
 
Me di cuenta que en la vida no se necesita más que el lugar en el que te sientes libre y donde puedes escuchar tus propios pensamientos. Y son esos mismos pensamientos los que infinitas veces, si te descuidas, te destruyen.
 
Muchas personas me dicen que Madrid me hace bien y que me ven muy feliz. No voy a negar que muchas veces lucho contra mi cabeza para hacerme entender que estoy bien, que vivo cosas lindas y envidiables y, que estar lejos de la familia es un sacrificio que seguro tendrá alguna recompensa, aunque los días malos sean inevitables.
 
El disco más vendido de Shakira tiene una canción que se llama precisamente así, «inevitable» y en uno de sus versos, se resume a la perfección lo que se vive cuando estás lejos de casa: «La verdad es que también lloro una vez al mes sobre todo cuando hay frío».
 
Y lloro.Lloro mucho. Y al menos una vez alguien tiene que recordarme que la felicidad está en el camino y no en el resultado. Al menos una vez al mes alguien me tiene que ayudar a salir de la cama y recordarme que la vida es maravillosa por todo lo que tengo y no por lo que me hace falta.
 
Dicen que las personas no cambian y que no hay que intentar cambiar a nadie. Pero yo hoy, en vísperas de mi cumpleaños, me regalo ese gran poder. El de cambiar mis pensamientos. El de convertir esa cortina negra que a veces me abruma en un abanico de posibilidades.
 
Me regalo la tranquilidad de poder disfrutar el camino, porque sé que a lo lejos, mientras yo los extraño, ellos se alegran con cada ladrillo que con tanto esfuerzo le pongo a mi castillo.
 
No sé si será grande o pequeñito, pero de lo que estoy convencida, es que en la página final del libro de mi vida, justo en la última línea se leerá algo así como: «Esta niña, no se rindió nunca».
 

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El lugar que me devuelve la vida

Si tuviera que hacer un resumen de mis años en España, el 2020 sería, tal vez, el más importante. El de la culminación de un largo maratón para la ansiada nacionalidad. Cinco largos años, de trámites, demandas y pago de tasas para tener un nuevo pasaporte, ahora, uno de color rojo. Uno diferente al mío, que me permita nunca más regresar a las oficinas de extranjería, donde me dejé lágrimas y media vida. Como dicen en España ¡Ha sido todo un parto!


Viajé a Mérida en estos días por motivos familiares, en una de esas escapadas express que aunque te recargan de energía, siempre te hacen falta más horas con la gente que amas. Y, cada vez se me va haciendo costumbre regresar a los lugares donde por tanto tiempo he sido feliz. Mi primera parada obligada siempre es el Salvador Alvarado. Disfruté correr mis 5 kms diarios en una remodelada pista y en un estadio que cada día encuentro más bonito. 


Por supuesto que visité el Gimnasio Polifuncional. Ahí está parte de mi sudor y de mi esfuerzo cuando practiqué por tantos años Gimnasia Rítmica. Estoy segura que ese deporte me dio la resistencia necesaria para afrontar los problemas de la vida. Me visualicé lanzando pelotas y cuerdas por los aires una vez más. Abracé con fuerza a Rocío, la secretaría, mientras me venían a la mente infinitos recuerdos de mi niñez siendo deportista. 


Como cada vez que vuelvo a Mérida, fui al Iturralde a ver a mis Venados y saludé a cada uno de mis compañeros de la prensa, con los que compartí algo más que deporte y los que siempre me han motivado a seguir cumpliendo metas lejos de casa. No importa cuantos estadios haya visitado en estos años, ni los grandes futbolistas que he tenido la oportunidad de ver jugar, la ilusión por el ascenso de mi equipo la mantengo intacta. 

Un amigo yucateco me preguntó qué tan española me siento después de casi cinco años viviendo en Madrid. Mi respuesta fue -10. Por el contrario, vivir en otro país me ha hecho sentirme cada día más mexicana.

Sin duda, España me ha dado más de lo que pude imaginar y aunque mi agradecimiento es infinito, sigo creyendo que es una tierra que no me pertenece, a la que le debo mucho, pero que no es la mía. 

Parece un poco fuera de la realidad, pero estar unos días en Mérida y luego volver a España es cada vez más difícil. Se puede pensar que con el paso de los años se añora menos, pero es todo lo contrario. Conforme más pasa el tiempo, estar lejos de casa duele más.


Y aquí voy una vez más de regreso, repleta de voluntad, con ganas de entrevistar a gente más importante cada vez y con una inmensa emoción por contar historias que toquen cada válvula de sus corazones. ¿Cuál es el precio de los sueños? Me lo sigo preguntando todos los días. Mi cuerpo regresa una vez más a Madrid aunque el alma y la mente se me queden anclados en el único lugar que me devuelve la vida, mi Mérida.

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Javier Aguirre vuelve a España para dirigir al Leganés

Conocí a Javier Aguirre en persona durante el mundial de Rusia 2018. Pensarán que soy un poco exagerada pero cuando vives lejos de tu país, conocer a un mexicano es como un gol de tu equipo en el minuto 93 y mucho más si es alguien relacionado con el deporte.

Durante la cena que tuve con él y con su esposa pude reconocer a un hombre muy familiar, con un matrimonio de esos que muchos desean y que pocos logran y con una verdadera pasión y cariño por el fútbol mexicano.

Recuerdo que hablamos de Maradona y su pretensión por ser entrenador del Real Madrid, de lo que pensaba en ese momento sobre cómo sería la participación de nuestro país en ese mundial y de lo mucho que había subido de peso Hugo Sánchez en los últimos meses.

Pude compartir con Javier, Silvia y sus hijos el partido de México vs Alemania con aquel gol histórico del Chucky Lozano en la mejor actuación de nuestra Selección dentro de un mundial.

Nos citamos muy temprano antes del inicio del juego en el hotel en el que se hospedaban para poder ir al estadio Luznikhi con bastante tiempo de anticipación, ya que Javier iba a estar comentando para Televisa Deportes muchos de los partidos.

Me impresionó cuando su esposa le preguntó si pedía un taxi para que llegáramos más rápido al estadio, pero el comentó que quería vivir el ambiente y entonces, nos fuimos en metro. No sé si se puedan imaginar lo que es un metro de Moscú horas antes de un partido de la Selección Mexicana. Una verdadera locura.

Iba repleto sin espacio para respirar, pero a Javier parecía que eso no le importaba. Saludó a todos y cada uno de los que le sonrieron. Se tomó fotos con medio mundo y disfrutó cuando escuchó a la gente corear su nombre. La sencillez la puedes percibir en momentos tan simples como éste que les cuento.

Su esposa a la que le tengo un respeto profundo por el amor y devoción que le muestra, estaba más preocupada porque su marido llegara impecable a transmitir para la televisión mexicana.  Son exactamente esos, los matrimonios que nosotros los jóvenes estamos perdiendo la costumbre de ver.

Después del Mundial, hemos compartido varios encuentros más y siempre me hacen llegar a casa súper contenta. Seguramente será porque me reflejan algo a lo que creo que todo mundo debería aspirar en la vida.

Ahora que Javier Aguirre llega nuevamente a España para dirigir al Leganés me pesa infinito darme cuenta que es verdad cuando dicen que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano.

Ojalá los medios de comunicación en mi país pudieran vibrar un poco  el cariño que le tienen los españoles y se olvidaran de las notas que venden, del amarillismo y de la falta de respeto.

Han pasado 17 años desde la primera vez que Javier llegó a España para dirigir al Osasuna. Aquel equipo pequeño al que Javier clasificó a la Champions y a la final de la Copa del Rey, algo impensable. Y ya son 5 equipos españoles que han confiado en él para llevar el timón de sus barcos. Tres de ellos en puestos de descenso justo durante llegada de Aguirre.

Ahora se enfrenta a uno de los grandes retos de su carrera. El Leganés es un club de la capital española. Tienen 10 mil abonados y Butarque, su estadio, se encuentra a 30 minutos del centro de Madrid. Javier Aguirre dijo sí y tomó a un equipo en el último lugar de la tabla con once jornadas transcurridas y tan solo 5 puntos.

Con todo absolutamente en contra pero con la ilusión de regresarle la alegría a los aficionados. ¿Por qué no ser capaces de sentir un poco de orgullo por el mexicano que va por la vida buscando triunfar?

Me quedo con la frase de Josep Pedrerol, un reconocido periodista español que dirige el programa El Chiringuito: “Es buen entrenador y gran motivador. Qué gran noticia que tengamos a Javier Aguirre en España de nuevo”.

Yo prefiero subirme a ese barco, al de la emoción por saber que hay un hombre que se crío en el mismo país que yo, y que mira en los retos, las oportunidades para llegar lejos.

¡Ha vuelto un grande!   <–   La opinión de Josep Pedrerol sobre Javier Aguirre.

«Me abrieron su corazón»<– Presentación de Aguirre cubierta para el Diario Récord México.

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Mis primeros cuatro años en España

 

 

Han pasado 1460 días desde aquella tarde en la que dejé México y me subí a un avión que me trajo a un destino totalmente desconocido para mí.
 
Recuerdo que muchas de mis compañeras de colegio pasaban un año en Estados Unidos para perfeccionar el inglés y toda la vida quise ser yo la que cambiaba de residencia. Me hubiera encantado vivir en un lugar diferente.
 
Intenté estudiar en una universidad fuera de Mérida y también intenté hacer un intercambio cuando ya estaba estudiando la carrera y la verdad es que por alguna u otra cosa, nunca se pudo.
 
Mi madre tampoco tenía las posibilidades económicas para mantenerme en otro país. Somos dos hijas y la ley de la igualdad de los hermanos dice que si uno tiene derecho a algo el otro también. Esa ley yo la comprendí bien desde pequeña y por esa razón nunca quise endeudar a la familia con mi deseo.
 
Por eso nació mi idea de hacer el máster en periodismo deportivo. Había estudiado por cinco años una carrera (derecho) que aunque me gustaba no me generaba una mínima emoción. Mi pasión por transmitir y contar historias y el gran amor que le tengo al deporte, provocaron que quisiera dar un salto hacia aquello que me hacía sentirme viva.
 
No tenía la certeza de que iba a funcionar. En realidad no la tengo ni ahora. Pero si no apostaba todo por ese sueño, jamás iba a saber si al final de las páginas del libro de mi vida logré lo que tanto quise.
 
Hice las pruebas para estudiar en Marca (un periódico deportivo español) y recuerdo perfectamente que estaba en el estadio de béisbol de Yucatán, durante el mes de mayo, haciendo un recorrido con mis compañeros de la prensa cuando recibí la llamada que cambió mi vida.
 
«Queremos informarle que la hemos aceptado para estudiar el máster en Periodismo Deportivo en Marca. ¡Felicidades! estás dentro. En breve le enviaremos por escrito su carta de admisión, estaremos muy contentos de saludarla en el mes de octubre».
 
 
Increíble. Aún recuerdo la sensación y me siguen recorriendo los nervios por todo el cuerpo. No daba crédito de lo que estaba por sucederme. No pensaba que España me iba dar más de lo que pude imaginar. Después de atravesar por uno de los episodios más complicados de mi vida, decidí que esa oportunidad era para mi y que esta vez no la iba a desperdiciar por ningún motivo.
 
Bien dicen que Madrid es la ciudad sin mar con mayor número de náufragos. Así fue como naufragué un 12 de octubre de 2015. Sin conocer a absolutamente nadie y con dos maletas aunque no repletas de ilusiones, como todo mundo dice.
 
Mis maletas venían cargadas de unas ganas inmensas de demostrarme a mí misma que era capaz de enfrentar la vida por mi propia cuenta. Entendí que mi valor no se encontraba en mi currículum, sino en todas las cualidades que quería enseñarle al mundo.
 
Durante estos cuatro años viviendo lejos de casa, me he querido rendir más veces de las que puedo recordar y siempre han habido manos, palabras y personas que me no me han permitido hacerlo.
 
He aprendido que quienes dejamos nuestro país buscamos el éxito pero no nos damos cuenta que lo experimentamos todos los días, sólo por el hecho de ser capaces de vivir en dos lugares al mismo tiempo, de tener el cuerpo en un sitio y el corazón y el alma en otro.
 
Pero hoy, Madrid, festejo nuestro cuarto aniversario. Se han ido muchos pero también ha llegado gente que se queda para siempre. Cuatro años vividos que me permiten recomendar al mundo a empezar de cero una y otra vez, las veces que sean necesarias. A veces tardamos en comprender que a la cima se puede llegar muy rápido pero es en el camino en donde se encuentra el desafío.
 
Mi cuerpo vive en Madrid, pero mis pensamientos trabajan siempre con siete horas de retraso para coincidir con el horario de Mérida. Esa ciudad anclada en el tiempo de la que extraño absolutamente todo. La misma que en nuestros reencuentros me da las fuerzas necesarias para seguir celebrando aniversarios en España.
 
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La pasión de los yucatecos por el Béisbol

 

 

No hubo quinta estrella. Los Leones de Yucatán no regresaron a casa siendo campeones de la Liga Mexicana de Béisbol, pero lograron ilusionarnos y al menos a mí me emocionaron a 10 mil kilómetros de distancia.

Para quienes no saben, el arraigo deportivo del béisbol con el yucateco es grande. Es un deporte con tradición en el que si la gente no asiste al estadio Kukulcán, lo ve por la tele o lo escucha por la radio.

Mi madre piensa que estoy muy loca por ver los partidos a las 4 de la mañana y es que la diferencia horaria es de 7 horas entre un país y otro. Sin embargo, sé que algún día comprenderá que lo que me separa de Yucatán, más allá de ese gigantesco mar Atlántico, es esa diferencia en las horas, por lo que siempre he tratado de que nunca sean impedimento para poder estar en contacto con todo lo que amo.

Antes de venir a estudiar el máster en periodismo, le pedí a mis compañeros de la prensa, con los que compartía muchos eventos y muchas horas, que me enseñaran a anotar béisbol. Quería tener ese plus de poder escribir sobre este deporte que al menos a los yucatecos nos apasiona tanto.

Si tengo que contar la verdad, no sirvió de mucho, porque aquí en España el deporte casi ni se conoce. Encuentran aburrido el hecho de mirar un juego de béisbol por más de 3 horas. No conciben la idea de que «hayan jugadores gorditos» corriendo y jamás puedes encontrarte un partido en la televisión. Es como si no existiera.

Pero al menos en mi caso, el béisbol ha sido más que un deporte. Lo he disfrutado con familiares y amigos. He gozado de una noche en el estadio comiendo, cantando y celebrando los triunfos de nuestro equipo y he tenido la oportunidad de cubrirlo como medio de comunicación.

Lo tenemos impregnado hasta los huesos. Lo jugamos durante el recreo cuando somos pequeños, en la playa mientras transcurren las vacaciones y en mi caso, lo hacíamos en casa justo al terminar de comer.

Hay una particular escena de mi vida, de las muchas que tengo guardadas en mi archivo mental que recuerdo con especial cariño. Por supuesto, en muchas de ellas, el protagonista siempre ha sido mi abuelo.

Después de la infinita sobremesa en la que hablábamos de todo, iba corriendo por un bate color naranja. Cruzaba la piscina y le gritaba con todas mis fuerzas «ya estoy lista».

En casa de mis abuelos abundaban los árboles de limones, entonces mi Abío los recogía, me los lanzaba y yo los bateaba súper lejos. Algunos entraban directamente a la casa, rebotaban contra las ventanas y teníamos que escuchar los gritos de mi madre y de mi abuela mientras Abío y yo nos carcajeábamos. Y así, todos los días.

Quién me iba a decir que ahora que vivo en Madrid, valoraría tanto esos limones que aquí se venden al precio del oro. Ahora, cada vez que regreso a Mérida  de vacaciones, sacamos el bate naranja y repetimos la escena.

Me dice mi madre que Abío, mi abuelo de 87 años, guarda ese bate como si fuera un tesoro en el clóset de su cuarto, seguramente, al igual que yo, tiene guardados esos recuerdos en la mente y en el corazón. Es muy probable que el sentimiento sea igual al de su nieta y que esté a la espera de ese momento en el que nos volvamos a encontrar y  disfrutemos del béisbol como sólo nosotros sabemos hacerlo.

 

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Una tarde de fútbol en el Bernabéu

 

Algunas veces la vida te coloca en el lugar correcto. Hace un par de años recibí una llamada de la persona que en el aquel entonces era Director de Relaciones Públicas del Real Madrid. Sabía de mi gran afición al fútbol y de lo mucho que disfrutaba pasar una tarde en el Santiago Bernabéu.

Casualmente, ese día jugaba el Madrid contra la Real Sociedad, equipo en el que militaba el mexicano Héctor Moreno. Siempre he creído que en el lugar del mundo en el que haya un mexicano buscando triunfar, ahí debemos estar para apoyar. Por esa razón, acepté con gusto.

Tengo que decirles que era una invitación doble y que podía llevar a quien yo quisiera. La verdad es que tengo muy pocas amigas futboleras, pero sí que tengo una amiga inseparable. De esas que te acompañan a todas partes aunque no entiendan nada.

Llevaba un par de meses preparando a Fer para el día en el que llegara su primer partido en el Bernabéu. Recuerdo varias ocasiones caminando por la Gran Vía y pasando justo frente a los aparadores de las tiendas oficiales del club blanco. Bombardeaba a Fer con preguntas deseando que se aprendiera nacionalidades y jugadores.

– Fer, ¿Ese quién es, brasileño, lateral, de pelos parados?..

Mi amiga del alma me contestaba súper emocionada, «Marcelooo».  Y repetíamos esta historia, todo el tiempo con todos los integrantes de la plantilla. Hasta que se los aprendió.

Me emocionaba infinito ser la persona que llevara a Fer por primera vez al estadio que tanta ilusión me produce. Ya la había llevado a comer a uno de los restaurantes del Bernabeú por su cumpleaños (sí, un regalo más para mí que para ella), pero nada se compara al hecho de vivir de cerca un partido.

En el Bernabéu

 

La historia se puso doscientas veces mejor, cuando dos horas antes del partido, volví a recibir una nueva llamada. Pero ahora me preguntaban si me gustaría ver la llegada de los jugadores.

Era una oportunidad única. Creía que estaba alucinando e intentaba contagiar a mi amiga sobre todo lo que estábamos a punto de vivir. Llegamos súper puntual a la cita y nos metieron a un lugar desde el que vimos perfectamente cómo llegaban los futbolistas.

Primero entró el autobús de la Real Sociedad. Vimos a Héctor Moreno y aproveché para echarle un grito y saludarlo. Nos advirtieron que eso sí que no lo podríamos hacer cuando entrara el bus del Madrid porque teníamos que estar en total silencio.

Probablemente pocas personas sepan lo fetichistas que son algunos futbolistas. Cuando llegó el autobús nos explicaron que Cristiano Ronaldo esté donde esté sentado siempre baja de primero. Y por el contrario, Tony Kroos siempre tiene que ser el último, así sucedió.

Mi amiga me iba diciendo el nombre de todos los futbolistas mientras bajaban. Creo que por un momento logré transmitirle pasión por el deporte porque se veía realmente emocionada, aunque el momento cumbre de la noche fue cuando llegaron los árbitros.

Entraron en un coche pequeño a diferencia de los autobuses en los que venían los clubes. Se acercó la seguridad del Madrid a verificar el auto, incluso habían perros de estos que detectan drogas. Nos explicaron que era el cuerpo de árbitros y que siempre tienen que llegar todos juntos.

Creo que olvidé enseñarle a Fer el capítulo llamado «árbitros», porque queriendo mostrar interés y con toda la naturalidad del mundo que la caracteriza, preguntó de qué equipo eran esos árbitros. ¡Me quería morir! La gente del Madrid nos miró con cara de ¿qué dice tu amiga? y yo no podía parar de reír.

Después de este incidente, con toda la actitud del mundo entramos al Bernabéu y ocupamos nuestros asientos. Fer fue reconociendo a cada uno de los jugadores y disfrutó durante 2 horas de la experiencia. Cantamos, gritamos los goles y compartimos algo más que fútbol.

Eso si, seguimos estudiando capítulos de fútbol cada fin de semana que nos vemos. Ahora creo que tenemos una historia más que nos une, que nos hace reír y que disfrutamos contar cada vez que queremos recordar nuestra experiencia de aquella tarde. Hoy se que Fer hace todo lo que está en sus manos para entenderme y conectar conmigo y eso, sin duda, no tiene precio.

Aquí el video de nuestra visita al Bernabéu

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El deporte que prepara a las mujeres del futuro

 

 

 

Tengo que confesar que soy una gran aficionada a los deportes, de esas que disfrutan ver desde el tiro con arco hasta el levantamiento de pesas. Aunque creo que después de estar inmersa en el mundo deportivo tanto tiempo, lo que más me gusta es la competencia y todo lo que hay detrás.

Mi vida atlética inició en la gimnasia rítmica. Y, prometo, que es uno de los deportes más complejos e injustos que existe. No le quito el mérito al hecho de patear una pelota, pero es que si el mundo se sentara al menos un día a ver un entrenamiento de rítmica, se darían cuenta de lo que hablo.

Una niña que practica gimnasia rítmica de alto rendimiento se prepara para la vida desde muy pequeña. Imaginen que desde que cumples aproximadamente 6 años, tiene que ser capaz de aguantar entrenamientos de 4 horas en los que repites y repites hasta que perfeccionas, además de clases de ballet y una preparación física realmente agotadora.

Pero no sólo es eso, es la gran capacidad de aprenderte de memoria una rutina y además tener el valor de pararte en una alfombra delante de mucha gente a mostrar tu trabajo. Es el hecho de tener que manejar los nervios y la concentración al mismo tiempo. 

Recuerdo una vez que había un selectivo estatal y que las 6 mejores niñas (éramos 13) iban a clasificar a la primera Olimpiada Infantil que en ese año (1998) se realizaba en Aguascalientes.

En Yucatán por aquél entonces habían 4 gimnasios de rítmica y yo era la representante de mi club. Mi entrenadora tenía que ser parte del jurado entonces la que estaba a cargo de mi antes de salir a competir era la maestra de ballet, Ceci Novelo. 

Ese día lo tengo grabado en la mente como si fuera ayer y sólo tenía 10 años. Tenía que hacer 3 rutinas: una de cuerda, otra de aro y la última de pelota, en ese orden exactamente.

Sabía dentro de mi que quería estar dentro de las seis primeras niñas, quería más que nada clasificar a esa competencia y decir que yo estuve en la primera Olimpiada Infantil. 

Entonces, llegó el día de la competencia. La primera rutina no estuvo mal, hice un lanzamiento con la cuerda y uno de los cabos cayó al piso. Es una penalización no tan grave pero a fin de cuentas un error que en ese tipo de competencias no te puedes permitir. Quedé en séptimo lugar y pensé que aún me quedaban dos aparatos más para recuperarme. 

Antes de la rutina de aro, llegó a ver la competencia el que en aquél entonces era el novio de la profe Ceci, un tipo súper simpático y amable que me dijo que si acariciaba una cola de conejo que tenía por llavero me iba a dar buena suerte, que estaba garantizado. 

¡No practiqué nada! Cuando eres niña te crees absolutamente todo. Me pasé sentada acariciando a esa cola de conejo mientras las otras niñas competían, y al final, cuando me tocó presentar mi rutina, lancé el aro con tantas fuerzas que se salió de la alfombra y tuve que correr y correr por él. En ese ejercicio quedé en el último lugar. Lloré hasta que no pude más. Estaba realmente destrozada. 

Creo que fue la primera vez que el deporte me frustró. ¿Cómo podía haber sido tan tonta para creer lo de la cola de conejo? Sentía que ya no tenía la más mínima posibilidad de cumplir mi pequeño sueño, pero que iba a hacer mi más grande esfuerzo para al menos hacer una buena rutina de pelota, mi aparato favorito. 

Era un ejercicio que disfrutaba muchísimo y había llegado el momento para demostrarlo. Le recé a todos los santos posibles. Mi mamá jura que lo hice espectacular y yo sólo creo que me repuse mentalmente a aquella tragedia con 10 añitos. Con la pelota quedé en tercer lugar. 

La suma del séptimo en cuerda, el treceavo en aro y el tercero en pelota dieron como resultado que clasificara en sexto lugar a la primera Olimpiada Nacional Infantil 98. Como les conté al principio de esta historia, sólo iban 6 niñas. Así que entré terriblemente de panzazo, pero al final, lo conseguí. 

Ese día aprendí que no basta desear algo con todas tus fuerzas para que suceda y que las infinitas horas que le dedicas a algo tarde o temprano dan resultado.

Hoy estoy segura de que fue la gimnasia la que me ha enseñado a que caer es indispensable como punto de preparación para el éxito. 

Considero un honor el poder recomendarte este deporte para tu niña. No sólo le estarás dando horas de diversión, disciplina y nuevas amistades. Le regalarás algo impalpable en el presente pero que la preparará para ser una gran mujer en el futuro.

 

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Aquella final de la Champions en Milán

 

 

 

Alguna vez leí que no importa caer mil veces si se ama la lucha y no la derrota. Estas palabras se me quedaron grabadas y las recuerdo mucho ahora que se acerca nuevamente una final más de la Champions.

Mientras estudiaba el máster en periodismo deportivo en Madrid, Carlita Saucedo, una periodista boliviana, apasionada del fútbol y yo, organizamos un viaje a Italia.

Resulta que en el 2016, la final de la Champions iba a ser en Milán, por lo que cuadramos todo el viaje por las ciudades italianas más turísticas, con la idea de que nuestro último destino fuera precisamente estar en San Siro para vivir un poco el ambiente de esa final entre madridistas y colchoneros.  

Nos levantamos súper temprano. Recuerdo perfecto que para ese entonces, ya me planteaba la idea de quedarme en Madrid más tiempo del previsto, por lo que los gastos que iba a tener en los próximos meses tramitando nueva escuela y nuevo visado, iban a ser fuertes.  

Por esa razón, tenía claro que por mucho que quisiera, no podía pensar en entrar a San Siro. A diferencia mía, el padre de Carlita le había dicho que contaba con todo su apoyo ($$), por si conseguía una entrada en reventa de última hora.  

Hicimos un letrero que decía «compro entrada» y recorrimos las calles de Milán viviendo en cada rincón el ambiente. Llegamos a Il Duomo, el punto medular en el que estaban concentrados todos los hinchas y nos sentamos en unas banquitas a tomar algo.

Platicando con el señor de alado, un español de alrededor de 65 años, nos enteramos que venía de Madrid, que era dueño de restaurantes en la calle «Ponzano», que había viajado solo y que le sobraba una entrada.  

Estaba súper enojado porque se había encontrado a uno de sus habituales clientes del restaurante, quien al ver que le sobraba una entrada, le ofreció ayuda para revenderla.

Lo siguiente que les voy a contar es muy español, les garantizo que muy pocos de los que me lean hubieran hecho lo mismo.

Su enfado era porque el chico que se había ofrecido a vender la entrada, tenía ya un comprador por 1,500 euros (unos 32 mil pesos mexicanos). Entonces, le dijo que con ese dinero recuperara lo que había pagado realmente por la entrada (300 euros) y el restante, o sea (1,200 euros) dividirlo entre los 2. De modo que cada uno ganaría 600 euros, uno por tener la entrada y el otro por venderla.  

Cosa que me parecía hasta cierto punto justa, pero que a mi nuevo amigo le pareció una falta de respeto. Sus palabras fueron clarísimas: «¿Cómo se puede atrever a querer ganar dinero con mi entrada? Una cosa es que yo quiera darle algo por vendérmela y otra muy distinta que quiera sacar provecho. Se la quité inmediatamente, no me importa quedármela».

Estábamos un poco en shock por la historia, pero dos segundos después pensamos que teníamos al candidato perfecto para comprarle la entrada. Le contamos que Carlita únicamente tenía 400 euros y que era uno de nuestros más grandes sueños vivir la final de la Champions, pero que en esta ocasión, ella lo viviría por las dos.  

Lo pensó muchísimo y sólo puso una condición; que lo acompañáramos hasta la puerta del estadio porque no tenía ni idea de cómo llegar. Y así fue. Él entró a San Siro del brazo de Carlita, y yo me tuve que conformar con ver un poco el ambiente a las afueras del estadio.

Vi la final rodeada de italianos en la Piazza della Paz y, aunque no fue dentro del estadio, supongo que la emoción de los penaltis se vive igual en cualquier parte del mundo.

Ahora tengo claro que lo bonito de la vida es nunca perder la capacidad de ilusionarse y siempre tener algo que motive tus días. En aquel momento, fue más grande mi deseo por quedarme en España y, sólo 3 años después la Champions ha vuelto a mí.

Esta semana inician los preparativos para esa gran final en Madrid el 1 de junio. Los ojos del mundo estarán puestos justo aquí y los míos estarán deseando una vez más, contártelo todo.

PAOLITA

Viviendo de cerca el fútbol italiano


Italia siempre es una espectacular opción. La comida, el fútbol y ahora, Cristiano Ronaldo. Había estado en el país en una ocasión, pero nunca en Turín. Es una ciudad que no goza de tanto prestigio y glamour pero que sus pequeñas calles y vistosas plazas poseen una belleza poco reconocida.

El viernes por unas horas se paralizó la capital de la región del Piamonte. El derby turinés llegó al Allianz Stadium, un recinto pequeño, con capacidad para 41,000 espectadores pero con más ambiente que muchos de los estadios españoles.

 La invitación para estar en este partido nos la hicieron los chicos de Betfair (una de las casas de apuestas más grandes del mundo), que tienen un palco para sus habituales invitados. Previo al encuentro, la Juve ofrece una cena para los patrocinadores y luego puedes vivir la experiencia del juego en asientos con una ubicación envidiable.

Ese fin de semana, casualmente, se conmemoraban los 70 años de la tragedia de Superga. Es probable que si no tienes gran relación con el mundo del fútbol, no tengas ni idea de lo que te estoy hablando.

Te aseguro que es una celebración emocionante. Resulta que el 4 de mayo de 1949, un avión proveniente de Portugal en el que se transportaba toda la plantilla del Torino, tuvo uno de los accidentes más terribles que se han vivido no sólo en Italia, sino en Europa.

Justo a lo alto de una colina, a 650 metros se ubica la Basílica de Superga. Ese día de mayo, las condiciones climatológicas eran totalmente adversas. Había tanta neblina que el piloto del avión terminó estrellándose en la parte trasera de la catedral. Perdieron la vida 31 personas de las cuales 18 eran jugadores.

Esta tragedia tuvo gran conmoción en el mundo, ya que todos los jugadores integraban la selección nacional de Italia y además habían conquistado en cinco ocasiones consecutivas la copa de la Liga y una copa de Italia, lo que engrandecía aún más su leyenda. 

Los hinchas, aficionados, fanáticos y turistas aprovechan este día para rendir un homenaje a los “invencibles”, nombre con el que fueron bautizados por la población. Y, estando en Turín, quisimos vivir la experiencia en primera persona.

El sábado, los seguidores del Torino pintaron las calles de color granate. Por 10 euros, un tren te sube a la colina lentamente en aproximadamente 20 minutos hasta llegar a la Basílica de Superga. Desde lo alto se puede observar la bella ciudad italiana.

En torno a las 17:30 horas, la plantilla actual del Torino arribó en el autobús oficial del equipo y fue recibida entre cánticos y banderas que ondeaban por los aires. El acto fue sencillo pero muy emotivo. El capitán del equipo, Andrea Belotti comenzó a leer uno a uno los nombres de los tripulantes de ese avión mientras el público presente escuchaba con emoción y respeto.

En una reunión con uno de los periodistas más emblemáticos del diario italiano “Tutto Sport”, nos comentó acerca de la magnitud del acontecimiento que estábamos viviendo y de las muchas teorías que han salido en torno a la razón por la cual aquel avión se estrelló en 1949.

Una de las historias que más fuerza ha tomado con el paso de los años relata que el capitán del Grande Torino, Valentino Mazzola, decidió que el aterrizaje se hiciera en otra pista a la programada originalmente, una que no tuviera tanta vigilancia ya que transportaba una maleta de cocaína que presuntamente fue desaparecida después del accidente.

Sea cual sea la verdad, año tras año se rinde tributo a cada uno de los integrantes del equipo más extraordinario y que con mayor orgullo pueda recordar el fútbol italiano.

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Cuando tuve una relación con el running

Siempre he creído que al running llegas por dos motivos principales. El primero, por querer verte bien físicamente. El segundo, por una fuerte depresión combinado con un deseo de correr para olvidar. Este último, fue mi caso.

Hace unos cuantos años, sentía que se me acababa el mundo. Y, encontré en el atletismo, el mejor escape para todos los problemas que tenía en aquel entonces. Correr comenzaba a ser la droga que estaba de moda. Las carreras de los domingos estaban a reventar y además era una excelente oportunidad para hacer nuevos amigos, la recomendación más grande que puedo darte para cuando quieres bajarte de la vida.

Lo primero que hice fue inscribirme a un equipo, el de Fernando Saavedra. Tenías la opción de entrenar muy temprano por la mañana o por la noche. La realidad es que en Mérida (México), hace demasiado calor y despertamos muy pronto, a diferencia de lo que sucede en Europa.

Si el entrenamiento era por la mañana, intentaba estar antes de las 6:00 am en el estadio Salvador Alvarado para que el sol no pegara tan fuerte. Y, si era por las noches el horario en el que se reunía todo el equipo era a las 8:00 pm.

Pasaban los días y yo cada vez me veía más inmersa en ese mundo. Recuerdo bien que durante esos meses, mis compras favoritas eran tennis, mallas, calcetas compresoras y un reloj que midiera la velocidad y los kilómetros que hacía cada día.

Creo que debo haber preocupado demasiado a mi madre con mi nueva afición, porque muchas veces la vi sentada en las gradas mirándome atentamente mientras le daba infinitas vuelvas a la pista de ese estadio. Ahora me cuenta que sólo estaba esperando el momento en el que me iba a tener que llevar al hospital cuando callera desmayada. Afortunadamente, eso nunca sucedió.

Pero el running fue la única pastilla natural que encontré para poder dormir todos los días. Llegaba tan cansada a casa por los entrenamientos, los fondos, los ejercicios de resistencia y de velocidad, que no había tiempo para pensar.

No siempre fue fácil. Tengo que confesar que hubo muchas veces en las que mi alarma sonaba por las mañanas y deseaba que Kiki, no despertara.  Jamás pasó. Siempre tienes que tratar de hacer ejercicio con alguien que tenga mucho más fuerza de voluntad que tú. Así es mi amiga Kiki. Y, fue ella la que por muchos meses tiró de mí. Hasta que un día nos vimos haciendo un fondo de 18 kilómetros. En ese momento comprendí que mi mente era capaz de hacer cualquier cosa.

Siempre he creído que el deporte tiene un poder sanador. Al menos a mí, siempre me ha resucitado. Cuando llegué a Madrid dejé a un lado el atletismo. Lo intenté varias veces pero las condiciones del clima y la falta de una Kiki que me motivara, hicieron que olvidara lo bien que me hacía correr.

Y, fue hasta el 31 de diciembre, tres años después, en la tradicional carrera San Silvestre Vallecana de Madrid, que me reencontré con el sonido de mis pasos. Corrí 10 km con muchísimo frío. Vi gente apoyando durante todo el recorrido y volví a sentir la emoción de cruzar una meta.

Son placeres, pequeñitos, que sólo experimentas cuando el deporte se vuelve protagonista en tu vida. Si me permites una recomendación, vuélvete runner. Desgasta tennis, investiga si tu pisada es supinadora o pronadora, invierte tu dinero en inscripciones de carreras, ten nuevos amigos con los que compartas la misma pasión y corre, no pares de correr. Estarás frente al primer paso para sentirte libre, y eso, vale cualquier esfuerzo.

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El Salón de la Fama aterrizó en Madrid

 

 

 

Hace unos cuantos meses tuve una reunión en Madrid con Antonio Moreno, Director del Salón de la Fama del fútbol nacional e internacional de Pachuca, Hidalgo. Me platicó su deseo de realizar por primera vez en nueve años, la votación para elegir a los nuevos miembros del Salón, fuera de México.

Este Salón, único en su género, tiene un imponente museo en forma de balón y es considerado el punto central para el estudio de la historia del fútbol en México y el mundo. Cuando llega el mes de abril, se realiza la ceremonia de votaciones y durante el mes de noviembre, se premia a los ganadores en un magno evento que se transmite por televisión desde hace un par de años.

Durante esa reunión que sostuvimos en Madrid, me explicó que mi trabajo consistiría en establecer relaciones con periodistas de los principales medios de comunicación de distintos países europeos e invitarlos a la votación. Hacer el contacto directo con periodistas españoles reconocidos en el ámbito deportivo y organizar la rueda de prensa en la que se darían a conocer a los doce nuevos integrantes del Salón de la Fama.

Fueron varios meses de organización coordinando entre México y España todo lo relacionado con el evento, gestionando vuelos, horarios y agendas. Hasta que llegó el día. 

Durante la primera semana de abril aterrizaron en Madrid más de una treintena de periodistas mexicanos y varios directivos del fútbol, empresarios y miembros del comité de honor del Salón de la Fama.  

A este grupo se unieron los periodistas internacionales representando a países como Rusia, Serbia, Inglaterra, Italia, Alemania, Holanda, Bélgica, Turquía, Francia, Portugal y Suiza.

Raúl Orvañanos, David Faitelson, André Marín, Miguel Gurwitz y Javier Solórzano son algunos de los nombres que desde hace varios años participan activamente en el Hall of fame del deporte y que por supuesto, también arribaron a la capital española. 

Los clubes Real Madrid y Atlético de Madrid también quisieron unirse a este festejo y fueron los dos grandes anfitriones. El día que llegó la delegación mexicana, Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club blanco, envió a las habitaciones de cada uno de los invitados a la votación, un pequeño obsequio de bienvenida.

Como parte del calendario de actividades, se ofrecían encuentros con directivos de clubes, comidas, partidos de fútbol, cenas y recorridos turísticos. 

Una de las visitas que más gustó a los mexicanos, fue la del Santiago Bernabéu. Butragueño recibió uno a uno a los visitantes a los que saludó personalmente.

Durante la recepción, explicó su gran amor y conexión con el país azteca, después de vivir en Celaya por tres años y de retirarse de la profesión futbolística en nuestro país.

Posterior al recorrido por las instalaciones del estadio, que casualmente ese mismo día presentó al mundo las remodelaciones que tendrá en los próximos años, se realizó una comida en el restaurante “Puerta 57”, comida que presidieron Florentino Pérez y Emilio Butragueño.

Antes de terminar la visita, el grupo de casi 70 personas recibió una camiseta del Real Madrid personalizada, detalle que emocionó mucho a los presentes

La siguiente parada fue en el Wanda Metropolitano, el nuevo recinto del club rojiblanco que en menos de dos meses albergará la final de la Champions. Esa misma tarde el equipo del Cholo Simeone enfrentó al Girona y la gente del Salón de la Fama pudo disfrutar del partido desde el palco presidencial del estadio.

El jueves 4 de abril, se llevó a cabo la ceremonia de votación en la Casa de México. Un total de 52 periodistas votaron por los 12 nuevos miembros tanto nacionales como internacionales.

Los ganadores fueron: Didier Deschamps, Gabriel Batistuta, Arrigo Sacchi y Javier Zanetti, en la categoría leyendas internacionales. Raymond Kopa fue el ganador en la categoría de Decano Internacional y Sissi triunfó en la categoría femenil internacional.

Dentro de los mexicanos, los ganadores fueron: Pável Pardo, Miguel Calero y Tomás Boy. En la categoría de Decano, Gustavo Peña y Tomás Balcazar (abuelo del Chicharito Hernández). Alicia Vargas fue la vencedora en la categoría femenil mexicana.

Después de la rueda de prensa donde se dieron a conocer a las nuevas leyendas que serán inmortalizadas en el Salón de la Fama, se ofreció una comida donde convivieron todos los votantes.

Y, para poner punto final a las actividades organizadas por el Salón de la Fama, nos trasladamos al Diario Marca. Juan Ignacio Gallardo, director del periódico, nos dio un tour por cada uno de los rincones del emblemático medio de comunicación más importante de España.

Fue sin duda alguna, una semana intensa, cargada de fútbol y de encuentros inolvidables. 

 

Visita a las instalaciones del Diario Marca.

Hoy mi corazón es Vinotinto

Cada vez me gusta más cuando llega el parón de selecciones porque recibes noticias de fútbol de todo el mundo. “Que si en México debuta el `Tata Martino´ como entrenador, que si en Portugal vuelve Cristiano Ronaldo o que si Messi vuelve a vestir la camiseta albiceleste cuando se esperaba que no lo hiciera nunca más”. Noticias que al menos por un fin de semana te hacen disfrutar del fútbol internacional y descansar un poco de lo rutinario.

Y casualmente, ese Argentina vs Venezuela se juega aquí, en el Wanda Metropolitano. Un estadio recién inaugurado, moderno y que en un par de meses será testigo de la final de la Champions.

Tengo que admitir que cuando llegué a Madrid no sabía nada de Venezuela. Lo único que tenía muy claro era que las chicas siempre ganaban Miss Universo y que las arepas se parecen demasiado a las “gorditas” mexicanas.

Pero, con el conflicto político y social tan fuerte en el país Sudamericano, lo común es que te encuentres más venezolanos que españoles por las calles de Madrid últimamente. Mi primer contacto con este país, se dio cuando en una discoteca conocí a una niña que se llama justo como yo, Paola Herrera. A partir de ese momento y desde hace cuatro años, me adentré profundamente en su mundo, sus amigos, familia y país.

Al grado de que en mis últimas vacaciones en playas españolas, me vi rodeada de chamas y maricos. La realidad es que los mexicanos y los venezolanos compartimos muchas cosas, tal vez no sólo sea el drama novelero y que vivimos la vida con mucha pasión. La razón puede ser que todos los que hemos sido adoptados por este país, tenemos una historia de lucha atrás de nuestra espalda. Por lo que el click entre nosotros siempre suele ser inmediato.

Paola tiene 25 años. Y es de esas amigas a las que mantienes a tu lado, porque su lucha te contagia. Su padre tuvo que emigrar a Perú y su madre, hermana y sobrinas (a las que aún no conoce), siguen viviendo en Venezuela. Hace un par de semanas, con muchísimo esfuerzo, se trajo a Paul, su hermanito, al que desea darle mejores oportunidades de vida.

La historia es muy complicada, Paúl ha tenido que pedir asilo. La opción más viable para los migrantes venezolanos que no entran con visado europeo ni con planes de realizar algún tipo de estudio.  Una opción legal pero en la que te retiran el pasaporte, lo que supone que no puedas salir de España, hasta que la situación de su país se resuelva.

El día de ayer, Paola le regaló a su hermano una entrada para poder ver precisamente, el Argentina vs Venezuela. A veces la vida te devuelve pequeñas dosis de felicidad. Hoy mis amigos venezolanos dejan las marchas y las protestas para vivir en tranquilidad un partido de fútbol. No hay duda alguna de que el deporte une.

Espero algún día poder vivir un partido de mi país aquí en España. No puede haber emoción más grande que la de cantar tu himno nacional en un país que no es el tuyo. Pero sólo por hoy mi corazón se pintará de vinotinto.

Por: Paola Herrera Rodríguez

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Ya veremos hasta cuando

 

 

 

Tengo una teoría y es la siguiente: “si quieres conocer a un verdadero español, a uno de pura cepa, de ésos que son muy apasionados al fútbol, de los que ves en la televisión o de los que incluso te hacen voltear la vista por segunda ocasión, sólo tienes que visitar el Santiago Bernabéu o sus alrededores un día de juego”. 

Y, no es que no te encuentres españoles por las calles caminando, recorriendo la Gran Vía o el parque de El Retiro. Es simplemente que en el centro de Madrid escuchas una gran mezcla de acentos y culturas. Es una ciudad en la que nuestras distintas nacionalidades se conjugan y al final, resultas sintiéndote una pequeña pieza de un rompecabezas multicultural en el que cabemos todos. 

Pero en los estadios de fútbol puedes vivir y respirar la esencia de este país. El hecho de quedar a tomar unas cañas previas al partido, de comprar un bocadillo de jamón serrano y comerlo en el medio tiempo o de exigir la dimisión del Presidente del Madrid, Florentino Pérez, cuando las cosas no van bien, eso también es muy español.

El día de ayer, con 25 grados calentando la ciudad, los españoles regresaron al Bernabéu. Se pensaba que los socios del club iban a ceder sus abonos a esos extranjeros que aprovechan que el buen clima está llegando a la capital, pero no fue así. 

Aunque el equipo está infinitamente lejos del Barça en LaLiga y fuera de Copa del Rey y Champions, el regreso del mesías era algo que se antojaba presenciar.

Por supuesto que había que darle nuevamente la bienvenida al que consiguió escribir una de las épocas de gloria del Real Madrid en los últimos tiempos. Y es que dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero el madridismo, confiado y pensando en el futuro, dio un paso al frente y se plantó en el Bernabéu.

Y Zidane, sin miedo y con golpes de autoridad, regresó bajo palos a Keylor Navas. El arquero de las últimas tres Copas de Europa que fue relegado a segundo plano sin respeto ni remordimientos. También volvieron a pisar el césped Isco, Asensio y Marcelo, al que se le vio con otro espíritu.

De pronto pareció que el guión de la serie no había cambiado, y ahí estaban los grandes nombres del Madrid una vez más comandados por el que tiene la misión de recuperar esa hambre de triunfo que parece haberse esfumado.

La victoria del encuentro ante el Celta apacigua pero no convence. A un español puro, poco puedes engañarlo. En el ambiente se escuchó la inminente necesidad de firmar un centro delantero y en reiteradas ocasiones, la urgencia de limpiar la plantilla de cara a la siguiente temporada.

Al final sólo quedan unas preguntas en el aire, ¿se necesita la regeneración que planteaba Solari o es suficiente con lo que se tiene? En las gradas se cree que urge recuperar el deseo de los jugadores por triunfar, y que aunque Zidane esté de vuelta, el renovarse o morir tiene que ser la premisa de este equipo con miras a continuar siendo el más grande del mundo.

Por lo pronto, desde las oficinas del Real Madrid se le ha devuelto un poco la ilusión a los españoles. Ya veremos hasta cuándo. 

 

Ronaldiux

Porque no es necesario odiar a uno para alabar al otro

 

 

Recuerdo ese 12 de abril de 2016 cuando pisé por primera vez el Santiago Bernabéu. Y, lo tengo grabado en la memoria porque esa noche fui testigo de un poquito de historia. Llevaba seis meses viviendo en Madrid y no me decidía a qué partido asistir porque quería que fuera uno que no se me olvidara nunca.

Alguna vez pisé el estadio Azteca en una eliminatoria de México  previa al mundial y me pareció fascinante. Sabía que mi primera vez en el Bernabéu tenía que superar esa sensación o al menos igualarla.

En la ida de los cuartos de final de la Champions de aquel entonces, el Madrid había caído en el Wolfsburg Arena 2-0 ante el equipo alemán. Y la vuelta se jugaba precisamente esa noche en el Bernabéu.

Viviendo toda mi vida del otro lado del océano, escuché infinitas veces que la Champions en la casa blanca se vive diferente. Que no sólo el equipo se transforma sino que también lo hace la afición y, que las noches de remontada tienen un toque de magia.

Invertí 70 euros para experimentar por primera vez el sonido del himno de la Champions League y la mítica forma en la que se agita fuertemente la bandera de la UEFA al compás de los acordes.  Sin duda alguna, era el mejor día para vivir la experiencia.

Cristiano Ronaldo anotó tres, pasó a semifinales y puso de cabeza al estadio. Lo demás es un cuento con final feliz. Fueron campeones una y otra y otra vez. Esa noche comprendí, que era inútil compararlo con nadie, no hacía falta. Estábamos viviendo una época de oro en el mundo del fútbol, una lucha épica entre Messi y CR7 en la que no es necesario alabar a uno y odiar al otro.

En el Juventus Stadium hace dos días, se volvió a escribir la misma historia y el protagonista fue nuevamente, el portugués. La eliminatoria ante el Atlético de Madrid, para muchos casi finalizada, dio un giro abrupto con tres anotaciones de CR7, y así, el hombre más decisivo en la Champions consiguió un boleto a los cuartos de final.

Pero, ¿quiénes perdieron con la partida de Cristiano?. El Madrid, por supuesto, que por casi nada vendió a su gran estrella, al hombre sus últimas cuatro Champions y al máximo goleador en su historia. Y, como en el amor, el cuadro blanco se quedó sin su media naranja, y dejó de funcionar. Perdió la esencia y el alma.

Puede caerte bien o mal, sus festejos pueden ser desatinados y su arrogancia es posible que no le guste a nadie pero el hombre es una leyenda.  Si en su mente cruza hacer tres goles, lo dice y lo hace. A día de hoy no ha cambiado mucho la película, me parece que solo ha cambiado de equipo.

Lo que sí es verdad, es que el fútbol español extraña esos clásicos entre los dos más grandes del mundo. Aunque ahora mismo, la moneda está en el aire y si los astros se alinean para que podamos disfrutar de una batalla entre gigantes, el primero de junio en el Wanda Metropolitano, quizás, ¿por qué no?, podamos ver una vez más a Cristiano y a Messi enfrentarse  en esa innecesaria lucha mediática por descubrir quién es el mejor, y donde no se valora aún que el solo verlos jugar ya es un privilegio.

Por: Paola Herrera Rodríguez.

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Buscando visa para un sueño

 

¿Qué es lo siguiente por hacer? Me preguntó Alex Torre, periodista yucateco, en una entrevista que me hizo cuando estuve en Sipse Deportes durante mi última visita en Mérida.

El Mundial… Recuerdo haber respondido sin dudas. Con la seguridad que se tiene cuando sabes lo que deseas.

Pero una historia no es historia sin un poco de estrés. Y, desde el momento en el que estar en el mundial cruzó por mi cabeza, hasta que subí al avión que me llevaría a una de las mejores experiencias de mi vida, pasaron muchas cosas.

La más importante, que cuando llegué a Madrid después de recargar baterías en casa (Yucatán), me llegó una notificación en la que por alguna razón me negaban el visado para estar en España. Por supuesto, esto no es algo que publicas. No es algo que compartes en tus redes sociales. Son exactamente esos momentos en los que te detienes a pensar que tus problemas son tuyos y que tienes que resolverlos como sea.

Soy abogada de profesión y, a pesar de haber pasado cinco años por la facultad de Derecho prometí nunca retomar esos libros. No es que terminara odiando la carrera, pero estaba convencida de que mi vocación no iba por ahí.

Una vez mi abuelo, que aún no me perdona haber colgado el título, me dijo que alguien necesitaría tanto de mí que resolvería un caso importante. Recordé sus palabras y pensé que no había nadie más importante para mí que yo misma. 

Me preparé un recurso de reposición contra la resolución del gobierno español. Había pocas posibilidades pero muchos deseos de ganar. Durante ese tiempo, perdí un vuelo a Escocia. Fer, mi hermana en este viaje y yo habíamos decidido celebrar mi cumpleaños fuera. Pero a veces los planes no resultan. Con vuelos comprados y hospedajes pagados y con un visado negado me era imposible salir del país.

Creo que mi madre y mi abuelo rezan demasiado por mí, bueno no lo creo, estoy convencida. Después de un mes y medio de espera recibí una carta con el “resuelto favorable” más feliz de mi vida. Había ganado una demanda en un país que ni siquiera es el mío y en el que las leyes funcionan muy distinto. 

Me cuestioné infinitas veces si mi lugar estaba en España, si tal vez estaba aferrándome demasiado a un país que me decía “no” una y otra vez. Pero haber ganado ese juicio me hizo entender que éste es el lugar al que pertenezco, al menos ahora.

Todo era posible hasta este momento. Podía entrar y salir de España una vez más. No había razón alguna para no plantearme en la cabeza estar en el Mundial.

Faltaba solo un mes para el evento deportivo en el que cualquier persona del mundo desea estar al menos una vez. La vida es como el amor, cuando algo o alguien es para ti, termina encontrando la forma de suceder.

Llegué a Moscú un domingo 10 de junio de 2018 a las 18:00 horas. Probablemente, estaba aterrizando a uno de los viajes más importantes de mi vida. 

En algunas ocasiones, las cosas salen mejor a lo que te imaginaste tantas veces en la cabeza. Rusia para mí es el principio de todo. Son sueños cumplidos, risas, lágrimas, despedidas eternas, pero sobre todo momentos. Momentos que sólo puedes experimentar cuando dejas atrás los miedos y te decides a vivir. 

Mis días en el mundial fueron un regalo y los atesoro como una de las historias que a veces no salen a la luz pero que las recuerdas con inmenso cariño toda tu vida.

 

Por: Paola Herrera Rodríguez